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El atentado terrorista contra las torres gemelas cumple su primera década.
Hace diez años, recuerdo que escuché la noticia cuando iba en la ruta del colegio, camino a mi casa. Esa tarde, el diario “El tiempo” publicó una especie de edición extraordinaria, en la que en primera página se veía una gran foto con la imagen, que se que todos tenemos en nuestra memoria, de las torres gemelas envueltas en una gran cortina de humo negro. El acontecimiento era de una dimensión increíble. Recuerdo que entre mis compañeros de la ruta empezamos a especular acerca del futuro del mundo después de este atentado. Algunos decían que iba a empezar la tercera guerra mundial… otros simplemente estaban estupefactos, en realidad nadie sabía con certeza nada; sin embargo había un elemento común entre todos nosotros… miedo.
Afortunadamente, no se desató la tercera guerra mundial, sin embargo Estados Unidos no pasó por alto el tema. De hecho, su respuesta fue bastante “eficaz”; no habían terminado de recoger escombros, y ya estaban iniciando una guerra contra Afganistán, con el pretexto de que allí se encontraba el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden (Por supuesto con la aprobación de las Naciones Unidas, suena lógico, no?). De esta forma se dio inicio a la tan conocida y popular“Lucha contra el terrorismo”.
Como es sabido, Estados Unidos a lo largo de la historia, ha tenido este pequeño complejo paternal de proteger al mundo de todos los peligros que puedan existir, y de esa forma “contribuir” con el mantenimiento de la paz en el mundo. El peligro a combatir en esta ocasión…el terrorismo. Estados Unidos convenció al mundo por varios años de que toda la guerra que desató contra Medio Oriente, particularmente Afganistán e Irak, era en pro de la humanidad; nos estaban protegiendo de aquel temible enemigo, intangible, que puede estar en todas, como en ninguna parte en particular. Un enemigo omnipresente digno de la atención del ejército norteamericano.
Sin embargo, años más tarde, después de todas las muertes de personas inocentes, después de prácticamente la destrucción física de dos países, y de un análisis de esta guerra, se ha llegado a conclusiones tales como que el motivo real de la guerra en realidad poco y nada tuvo que ver con la lucha contra el terrorismo, sino que solamente fue una estrategia norteamericana con fines económicos relacionados con el petróleo que se encontraba en estas regiones, para el beneficio propio norteamericano…
Diez años después del atentado, me encuentro con que transmiten durante un día entero programas especiales, documentales, acerca de lo sucedido aquel 11 de Septiembre. Veo como recuerdan a las víctimas de aquella fecha, veo como juzgan de salvajes e irracionales a los extremistas islámicos que cometieron el acto (bajo la óptica de Hobbes a aquellos seres irracionales y pasionales que no han logrado salir de su estado de naturaleza) y me pregunto…¿ Alguna vez han recibido tanta atención mediática los miles de civiles muertos por la guerra en Afganistán o en Irak? ¿Son ellos considerados víctimas o héroes como lo son consideradas las victimas norte americanas?...
La pregunta que me gustaría dejar al aire es, ¿Quién realmente no ha logrado salir del estado de naturaleza, Medio Oriente, que ha sido estigmatizado por Occidente como lo más irracional y violento del mundo, únicamente porque tienen una visión del mundo distinta, o Estados Unidos, país al que no le interesa realmente contra quién tenga que iniciar una guerra, ni cómo tenga que justificarla, siempre y cuando sus intereses se vean favorecidos, y su supremacía se mantenga?
Parece ser que a la sociedad colombiana no le interesa aprender a fundar opiniones propias sobre temas de interés para el país. Por ejemplo, los Proyectos de Ley. Con opiniones propias, quiero decir, que muchas personas tienden a hacer juicios sin ni siquiera haber hecho el intento de informarse mediante una fuente primaria. Por ejemplo, el Proyecto de Ley 241 de 2011, más conocido como Ley Lleras por haber sido radicado en el Congreso por el Ministro de Interior y de Justicia: Germán Vargas Lleras, es quizá uno de los Proyectos que ha generado más críticas y polémica precisamente por la materia que pretende regular: el Internet. Sin embargo, estoy segura que muchos de los que insisten en que no apoyan la ley, cambiarían por completo su opinión si utilizarán el medio que se supone, están defendiendo, y leyeran la exposición de motivos. Si lo hicieran, entenderían que la Ley Lleras es un proyecto que pretende brindar protección a la Propiedad Intelectual en un mundo que ya no sólo está compuesto por átomos sino también por bites.
La Ley Lleras básicamente busca reglamentar la piratería en Internet, es decir, regular el tráfico ilegal de contenidos en la red. Sin embargo, es una ley que no está destinada al usuario final, debido a que acceder a información no tiene responsabilidad. Compartir es legítimo, mientras consista en compartir hipervínculos de contenidos ya publicados. Lo que si podría hacer incurrir en responsabilidad, es subir contenidos a la red (hacer uploads). Sin embargo, por este último punto, sólo tienen que preocuparse quienes pretendan subir contenidos a la red de la que no cuentan con los permisos requeridos y además de eso, lucrarse con ellos.
Por lo anterior, es que la semana pasada, al escuchar hablar a un grupo que se hace llamar “anti Ley Lleras”, explicando a otros jóvenes que el Gobierno lo único que pretende es bloquearles su libertad en la red, pues si la ley se aprueba no habrá otro remedio que bloquear páginas como Facebook o Youtube; no pude pensar en otra cosa más que en lo fácil que es crear opiniones en las personas, pues es simplemente intentar exponer un tema elocuentemente del que no hay suficiente conocimiento en el auditorio, o que es muy técnico para ser fácil de entender por cuenta propia, y ya!!! Seguramente así es también como inician grupos subersivos, o como se convence para dar inicios a guerras, o no lo hagamos tan dramático, huelgas.
Volviendo a éste Proyecto de Ley 241 de 2001 y los grupos que han intentado hacer que los jóvenes se reúnan para tumbarlo, se podría asegurar que quienes van en contra de él se debe principalmente a que no han leído el proyecto y simplemente se han dejado influenciar por opiniones ajenas; a que lo han leído pero por el lenguaje tan técnico del Proyecto no lo han entendido; o por que en efecto realizan actividad relacionada con el tráfico ilegal de contenidos en la red y no les conviene que el Proyecto se apruebe.
Con lo anterior, no quiero decir que la oposición sea un hecho negativo, todo lo contrario, creo en las críticas, pero en las constructivas, aquellas que logran que el término “frenos y contrapesos” tengo un valor que brinde seguridad jurídica. En lo que no creo, es en aquellas personas, que simplemente por conveniencia, quieran que el gobierno siga manteniendo irregular, un tema que dominará el futuro, como lo es el Internet.