Parece ser que a la sociedad colombiana no le interesa aprender a fundar opiniones propias sobre temas de interés para el país. Por ejemplo, los Proyectos de Ley. Con opiniones propias, quiero decir, que muchas personas tienden a hacer juicios sin ni siquiera haber hecho el intento de informarse mediante una fuente primaria. Por ejemplo, el Proyecto de Ley 241 de 2011, más conocido como Ley Lleras por haber sido radicado en el Congreso por el Ministro de Interior y de Justicia: Germán Vargas Lleras, es quizá uno de los Proyectos que ha generado más críticas y polémica precisamente por la materia que pretende regular: el Internet. Sin embargo, estoy segura que muchos de los que insisten en que no apoyan la ley, cambiarían por completo su opinión si utilizarán el medio que se supone, están defendiendo, y leyeran la exposición de motivos. Si lo hicieran, entenderían que la Ley Lleras es un proyecto que pretende brindar protección a la Propiedad Intelectual en un mundo que ya no sólo está compuesto por átomos sino también por bites.
La Ley Lleras básicamente busca reglamentar la piratería en Internet, es decir, regular el tráfico ilegal de contenidos en la red. Sin embargo, es una ley que no está destinada al usuario final, debido a que acceder a información no tiene responsabilidad. Compartir es legítimo, mientras consista en compartir hipervínculos de contenidos ya publicados. Lo que si podría hacer incurrir en responsabilidad, es subir contenidos a la red (hacer uploads). Sin embargo, por este último punto, sólo tienen que preocuparse quienes pretendan subir contenidos a la red de la que no cuentan con los permisos requeridos y además de eso, lucrarse con ellos.
Por lo anterior, es que la semana pasada, al escuchar hablar a un grupo que se hace llamar “anti Ley Lleras”, explicando a otros jóvenes que el Gobierno lo único que pretende es bloquearles su libertad en la red, pues si la ley se aprueba no habrá otro remedio que bloquear páginas como Facebook o Youtube; no pude pensar en otra cosa más que en lo fácil que es crear opiniones en las personas, pues es simplemente intentar exponer un tema elocuentemente del que no hay suficiente conocimiento en el auditorio, o que es muy técnico para ser fácil de entender por cuenta propia, y ya!!! Seguramente así es también como inician grupos subersivos, o como se convence para dar inicios a guerras, o no lo hagamos tan dramático, huelgas.
Volviendo a éste Proyecto de Ley 241 de 2001 y los grupos que han intentado hacer que los jóvenes se reúnan para tumbarlo, se podría asegurar que quienes van en contra de él se debe principalmente a que no han leído el proyecto y simplemente se han dejado influenciar por opiniones ajenas; a que lo han leído pero por el lenguaje tan técnico del Proyecto no lo han entendido; o por que en efecto realizan actividad relacionada con el tráfico ilegal de contenidos en la red y no les conviene que el Proyecto se apruebe.
Con lo anterior, no quiero decir que la oposición sea un hecho negativo, todo lo contrario, creo en las críticas, pero en las constructivas, aquellas que logran que el término “frenos y contrapesos” tengo un valor que brinde seguridad jurídica. En lo que no creo, es en aquellas personas, que simplemente por conveniencia, quieran que el gobierno siga manteniendo irregular, un tema que dominará el futuro, como lo es el Internet.
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