Bogotá. Carrera séptima calle 26. 5:20 p.m
Carrera séptima calle 32. 5:55 p.m
Eso es un tiempo que los bogotanos hoy en día podemos considerar como normal en este tramo de la ciudad. Absurdo, ¿No? 35 minutos en un trancón; ¿Motivo? Obras de la Alcaldía… Aaayy nuestro querido Samuel…
La carrera séptima, una de las más importantes de nuestra ciudad ha sido víctima de innumerables proyectos, entre los cuales podemos mencionar, el metro (¿Cuál iba a ser mi parada?), el transmilenio, después un recorte de gastos, el transmilenio “ligero”, y de todos estos, ¿cuál se llevo a cabo?
Ahora, tenemos una nueva propuesta, que personalmente creo que puede resultar bastante interesante (ojalá que el presupuesto alcance, y que se lleve a cabo), le han llamado “El corredor verde”.
Lo que se busca con este nuevo proyecto, es generar una opción de transporte, que aunque no puede movilizar la cantidad de personas que se esperaba con el transmilenio, si es una alternativa que le puede traer mayores beneficios a la ciudad, pues al manejar buses eléctricos, se lograría una considerable reducción en la contaminación que en este momento se presenta en la vía, y al mismo tiempo se generarían otras opciones de movilidad, tales como las ciclo rutas, y , con una buena organización de los recursos, se podría llegar a habilitar otras vías que permitirían, que la “normalidad” de durar en un trancón 6 cuadras 35 minutos, una vez más resultara anormal.
Yo creo que esta es tal vez la mejor propuesta que han hecho respecto al futuro de la carrera séptima, ya que tiene una buena visión utilitarista, pues ofrece la mayor viabilidad y el mayor número de beneficios con respecto a los otros proyectos planteados, como la mejoría en la movilidad y la reducción de la contaminación (este último, en mi opinión el más importante), para el mayor número de personas, los vecinos del sector, las personas que transitamos por ahí, en general la mayoría de las personas que necesiten desplazarse desde el centro hacia el norte de la ciudad. Por lo anterior, los sacrificios que se puedan llegar a hacer en cuanto a impuestos y a uno que otro trancón, que ya no es cosa nueva para nosotros, en las primeras etapas de la obra, no tienen punto de comparación con todos los beneficios que podríamos llegar a obtener.
Esperemos que este proyecto logre materializarse, pues Bogotá no sólo necesita acabar con sus trancones, sino también tomar conciencia frente al ambiente, pues las vías se arreglan, el presupuesto se recoge, pero el aire puro eventualmente puede ser imposible de recuperar.
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